En un cierto momento de mi vida adulta temprana, me vi encerrado ante el deseo librado de todo compromiso, y es que al verme atrapado algo que no me traía la comodidad que esperaba, me tomé la libertad de acomodar mi propia situación para así estar más a gusto con mi propia situación. Más simple que eso, estuve en un momento con cuatro personas al mismo tiempo, lo que podía ser muy provechoso pero lo interesante es que no le saqué el provecho esperable, no porque no haya querido debido a que las ganas siempre estuvieron, sino que llanamente porque no se dieron las situaciones para ello. Cada uno tiene su propia historia y con cada uno viví experiencias emocionales y sexuales distintas, pero lo curioso es que de los cuatro, no lograba hacer uno, es decir, que si juntaba todo lo bueno de estos cuatro no me alcanzaba para hacer, no un hombre perfecto, sino uno aceptable. En el tiempo que me vi envuelto en esta situación muchas veces me pregunté ¿cuántos hombres necesito para ser feliz? Y a veces ni siquiera eso, sino que pasaba por ¿estoy dispuesto a gastar de mi cuatro veces para recibir menos de uno entre todos?
Es un poco difícil describir lo que me llevó a estar con cuatro hombres a la vez, pero lo intentaré explicar de manera acotada. Mucho tiempo atrás conocí un muchacho el cual me llamó enormemente la atención, nos gustamos de manera inmediata, sin embargo, él como técnico en enfermería, tenía turnos horribles y casi no teníamos tiempo juntos, y a pesar de que nuestra vida sexual era buena, el problema era que esa buena vida sexual se daba cuando efectivamente teníamos vida sexual, sin embargo y a pesar de todo, seguimos adelante con contratiempos incluídos. El segundo personaje aparece en mi lugar de trabajo y era No-Asumido, lo que en la intimidad no era un problema, sin embargo, fuera de la cama se tramsformaba en una amistad, muy buena amistad, a pesar de las largas conversaciones del tema, sus razonamientos no llegaban muy lejos y cuando pensé que me estaba enamorando de él y se lo plantié surgieron los problemas. El tercer partícipe se trata de una especie de accidente, un amigo del trabajo me invitó a salir y me quería presentar un chico, el asunto fue al salir llegó otro chico y al final tuvimos cercanía con el que llegó y nunca con el que nos querían juntar, intenté hacer algo ahí pero su mentalidad le impedía llegar a algo concreto y tuvimos una relación intermitente. Mi último personaje se trata de un chico que conocí a través de facebook y que al hablar nos agradamos, nos hicimos buenos amigos y cuando nos conocimos nos gustamos inmediatamente, pero él tenía un problema, estaba de novio con otro hombre y empezamos a tener una relación prohibida.
El hecho es que todo esto pasó casi al mismo tiempo y decidí darle con todos para ver cual era el que me gustaba más y quedarme con él, pero el problema fue más allá, cada uno tenía una traba o problema para poder establecer una relación y la decisión se fue haciendo cada vez más difícil, les llegué a poner hasta nombre, los llamé "el cuarteto sin brillo" y estuve meses con los cuatro a la vez, el problema principal pasó por no tener nada, cada uno de ellos despertaba algo en mi que me hacía quererlos y sin embargo, no era suficiente por cualquier otro motivo, no concreté ningún tipo de relación más allá de una amistad encubierta o intermitente que en la intimidad significaba sexo y promesas vacías de un compromiso que nunca vería la luz. Y eso a la larga cansa.
Por supuesto, cuatro hombres para mi era algo de lo que muchos se podían jactar pero que solo quisieran tener, sin embargo, no lo recomiendo como yo lo viví. Cuatro personajes muy especiales, un no asumido que tenía una fuerte cercanía conmigo, nos queríamos mucho, pero debía aguantar que negara su homosexualidad latente. También está el chico accidente que nunca tenía tiempo para vernos, hacía acto de presencia una vez al mes y luego sólo llamadas y mensajería, sexo ocasional y muchas promesas. Luego tenemos al enfermero, bueno, en este caso había un sentimiento muy profundo pero un cruel resentimiento debido al no vernos por razones de tiempo, pero al vernos, hacía que todo valiera la pena, sin embargo, el resto del mes me sentía vacío. Finalmente está mi amigo infiel, que mucha mensajería y llamadas y juntas para sexo ocasional, tenía fetiches extraños pero lo pasaba bien.
En todo este proceso solo aprendí que tener más de un chico a mi lado no me va a ser sentir menos solo, que la espera tiene su recompensa, pero mientras esperas la recompensa, la espera se hace dolorosa. Si uno de estos hombres no me da lo que necesito, y entre cuatro no lo logran aún así, bueno, creo que no vale la pena. A veces uno sólo me ha bastado para sentirme completo y en este caso, entre cuatro sólo me hizo valorar a aquellos que me dieron todo de a uno a la vez y no supe guardar esa comodidad.
A mis queridos lectores,
Por supuesto, cuatro hombres para mi era algo de lo que muchos se podían jactar pero que solo quisieran tener, sin embargo, no lo recomiendo como yo lo viví. Cuatro personajes muy especiales, un no asumido que tenía una fuerte cercanía conmigo, nos queríamos mucho, pero debía aguantar que negara su homosexualidad latente. También está el chico accidente que nunca tenía tiempo para vernos, hacía acto de presencia una vez al mes y luego sólo llamadas y mensajería, sexo ocasional y muchas promesas. Luego tenemos al enfermero, bueno, en este caso había un sentimiento muy profundo pero un cruel resentimiento debido al no vernos por razones de tiempo, pero al vernos, hacía que todo valiera la pena, sin embargo, el resto del mes me sentía vacío. Finalmente está mi amigo infiel, que mucha mensajería y llamadas y juntas para sexo ocasional, tenía fetiches extraños pero lo pasaba bien.
En todo este proceso solo aprendí que tener más de un chico a mi lado no me va a ser sentir menos solo, que la espera tiene su recompensa, pero mientras esperas la recompensa, la espera se hace dolorosa. Si uno de estos hombres no me da lo que necesito, y entre cuatro no lo logran aún así, bueno, creo que no vale la pena. A veces uno sólo me ha bastado para sentirme completo y en este caso, entre cuatro sólo me hizo valorar a aquellos que me dieron todo de a uno a la vez y no supe guardar esa comodidad.
A mis queridos lectores,
Amaroh Hikaru Melville
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