miércoles, 17 de abril de 2013

Los límites al hablar de sexo


Conversando con mis amigos de la universidad, donde se supone que se encuentran las mentes más abiertas de la sociedad (sólo se supone), me di cuenta de que hay ciertos pudores a la hora de hablar de sexo, independiente del sexo heterosexual u homosexual, existen pudores con el sexo en los universitarios a la hora de hablar con amigos. Entonces, corresponde preguntar ¿están los jóvenes preparados para hablar libremente de sexo?
Entonces, me posicioné en los jóvenes universitarios, y es que más arriba dije que los universitarios tendrían que ser, en términos ideales, las mentes más abiertas de la sociedad.
Son entonces los jóvenes universitarios con quienes me dedico a hablar de sexo. Pero es complicado establecer límites a la hora de hablar de sexo, vale decir que no todas las personas piensan de igual manera y, por lo tanto, no es posible establecer límites claros en un grupo surtido de jóvenes universitarios donde los límites a la hora de hablar de sexo son variados conforme las personas son variadas también. Es curioso ver como con ciertas personas se pueden detallar cosas que con otras personas no se podrían decir por asco o pudor, sin embargo no muchas veces tiene que ver con el sexo homosexual y heterosexual, pues al llegar a ciertos límites de descripción del acto sexual heterosexual es necesario detenerse para evitar hacer que la imagen mental de la otra persona llegue a límites en que la obliguen a gritar para que el que esté hablando se calle. En otros casos el sexo homosexual no puede ser ni mencionado por el hecho de ser un pudor o un asco que llega a ser realmente absurdo.
Por el otro lado, en el caso homosexual existen también ciertos pudores al hablar de sexo, si bien, los homosexuales son, por lo general, de mente más abierta a muchos temas, hay pudores en su propio entorno a la hora de hablar de sexo, por ejemplo una lesbiana que no tolera escuchar detalles de sexo anal gay. En mi propio caso, que he tenido la oportunidad de experimentar ambos tipos de relaciones sexuales, y que en verdad no me da miedo fingir nada, me da exactamente lo mismo escuchar tal o cual cosa acerca del sexo sea cual sea. Y eso me lleva al siguiente punto de la discordia, el fingir, el hecho de aparentar una cosa que no se es frente a ciertas personas se demuestra al presentar un falso pudor al hablar sobre tales o ciertos temas como el sexo. ¿Qué pasa por las mentes de las personas al llegar a este estado de fingir algo que no son con tal de aparentar algo que les aseguraría un espacio dentro de la comunidad para ser aceptado. Esta parte es realmente deprimente y debería ser la misma razón para la exclusión social de quienes intentan llevar a cabo esta aberración personal, pues, mostrar una careta de algo que no se es llevaría inevitablemente a la propia destrucción del ámbito social ya que tarde o temprano se mostrará la real personalidad de la persona y lo llevará a un alejamiento social al haber mentido a los que le rodean por haberse mostrado como alguien que no es. Esto también provoca un problema personal que tiene que ver con la propia limitación, el contenerse, la auto represión de la personalidad.
Ahora, lo que me sucede en donde trabajo, a diferencia de donde estudio, el tema es distinto, se puede hablar de sexo heterosexual sin límites pero con un toque más de divertimento, vale decir, el pene y sus usos, o la carencia del sexo y cómo obtenerlo. Sin embargo, el sexo homosexual presenta una dificultad, por el momento, en este espacio heterosexual semi-cerrado, se trata de hablar de sexo homosexual de manera informativa, como del tipo preguntas, si duele o no, si gusta o no, las situaciones y posiciones, etcétera. En mi propia experiencia, es un lugar que estoy abriendo para la libre discusión del sexo.
Por lo pronto, es quizás el medio de mente abierta quien tiene la responsabilidad moral y social de abrir las mentes ajenas a tratar de temas relacionados con el sexo sin importar su origen, ya sea hétero u homosexual, pues el placer y la práctica del mismo sexo es tema en ambas partes y es necesario que no existan barreras en el área de la discusión para poder hablar de igual a igual y poder llegar a logros como el de Canadá (información otorgada por un canadiense actualmente residente en Chile) donde la discusión del sexo no es un tema informativo o con límites otorgados por el pudor, sino que se trata de un tema que en verdad es de libre discusión sin límites dependiendo del nivel de confianza entre el grupo que lo converse y no del género de sus hablantes. Sin duda es un ejemplo de abertura de mente que es necesario imitar si queremos vivir en armonía, quitarse los pudores y los falsos pudores que nos llevan a la propia segregación de las personas, independiente de si son heterosexuales u homosexuales.
El sexo se vive y se habla, es necesario que nuestros amigos con quienes es que generalmente comentamos nuestras experiencias y dudas y comparaciones acerca del sexo, conozcan nuestras inquietudes del sexo sin que necesariamente se establezca el límite de si es sexo hétero u homosexual.

A mis queridos lectores,
Amaroh Hikaru Melville

martes, 9 de abril de 2013

Edición especial: Las relaciones de la gente.


Esta vez quiero dejar un poco el sexo de lado porque necesito contar esto aunque sé que pocos lo leerán, pero si deja algún saber a quien lo lea, estaré satisfecho.
En una parte difícil de la vida uno me tiendo a apoyar en personas que valoro y considero como parte fundamental de mi vida y espero que aquellas me consideren de la misma forma. Digo, es parte de cualquier relación: la empatía que desemboca en una reciprocidad interesante traducida en un cúmulo de lealtad. Me pasa que dentro de las últimas semanas mi sorpresa ha in-crecendo respecto de la gente que considero dentro de mi círculo personal y es realmente decepcionante ver que no me consideren dentro de donde creía estar. Esto me llevó a preguntarme: ¿qué tan falsa puede llegar a ser la gente con las personas con el fin del propio interés? ¿o es que acaso el interés pasajero tiene que ver con la lástima que provoca el reprimir un intento de no acercamiento por sanidad mental?
Escribí yo en uno de mis libros: “Existen muchos tipos de círculos en las personas que son clasificados dependiendo de su indispensabilidad y utilidad, que a la vez están ligados a la temporalidad y especialidad del sujeto” Y escribí esto con el fin de ayudar a quienes no entiendan las relaciones humanas y se pregunten ¿por qué me hacen daño las demás personas? Sin embargo, aquel conocimiento quedó desechado de mi propia biblioteca mental al creer ingenuamente que tenía sólo círculos cercanos y me olvidé de las clasificaciones que yo mismo había concluido años atrás. Volví a tener 17 años y realmente me llevé demasiadas decepciones acuñadas en conjunto después de años de gloria al lado de personas que creí que no me despegaría, incluso de personas que hacía poco tiempo llevaba de conocer y se me ocurrió crear lazos internos fuertes y que ahora veo: no lo merecen, esta vez creo que ya toqué un fondo muy bajo donde tendré que reordenarme personalmente para decidir de manera personal y eficiente con quienes me deberé entregar para después no botar lágrimas por quienes en verdad no lo merecen. Cerraré mis círculos y estrecharé otros para poder hacer un escudo anti-decepciones y así poder mantener un equilibrio personal. En este tiempo me di cuenta que privilegié mi tiempo y cariño a quienes no lo merecían y quienes estaban esperando más de mi, los dejé de lado. Me descuidé al cultivar los lazos ya existentes y estuve a punto de quedar sin lo que más me importaba.
Lo importante de este tema es que descuidé mis propios conocimientos por privilegiar el corazón cuando debí ser más frío para seleccionar a la gente mientras estaba cegado por el calor que mi corazón sentía al estar alegre de acumular amor en mi espíritu con personas que sólo se llevaron algo de mi dejando una huella manchada de sangre en mi.
Finalmente, creo que respondí mis preguntas al unir las respuestas, y es que, qué me tiene que importar lo falsa que sea la gente o las actitudes dolorosas de la gente si no me debería afectar en absoluto lo que hagan o no hagan porque en verdad no están dentro de mi y no me interesa realmente lo que suceda con ellas. Debo reforzar lo que aprendí y practicarlo a fin de poder estar más preparado ante los posibles daños que el destino genera en las almas.
Al fin y al cabo, toda relación saca una parte de uno mismo y por lo tanto uno es dueño de hacer con ese trocito de sí mismo lo que crea mejor.

A mis queridos lectores,

Amaroh Hikaru Melville